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Diciembre es el mes en que nos gusta estar en familia, y en que te propones metas y sueños por cumplir para el año que se aproxima.

Muchas veces se dejan de lado algunos sueños sólo por miedo a intentarlo, pero hay quienes por sus experiencias nos demuestran que los límites son un factor interno y que se puede trabajar en aquello.

Imágenes gentileza del Instagram de María Antonieta Ortíz, Gladys Bravo y Eliana Busch.
Imágenes gentileza del Instagram de María Antonieta Ortíz, Gladys Bravo y Eliana Busch.


“Nunca bajar los brazos y decir no puedo”

María Antonieta Ortíz (37), tenista paraolímpica número 1 de nuestro país, nos da una lección sobre atrevernos a seguir nuestros sueños. 

Desde que tenía 1 año asistió a rehabilitación en Teletón, debido a que nació con artrogriposis, síndrome que afecta las extremidades inferiores, y lo que significó que debe usar silla de ruedas de manera permanente. A pesar de ello, nada fue un impedimento para ser la número 1 de nuestro país en Tenis. 

“Comencé en el tenis por una invitación del coordinador de deportes de Teletón, al principio solo fue un pasatiempo, pero con los años vi y vieron condiciones en mí de que podía ser una buena jugadora. Jugué tenis hasta el año 2012 y me retiré después de los juegos Paraolímpicos de Río, porque decidí ser mamá”, comentó María Antonieta Ortíz. 

Luego de su retiro de Tenis, decidió comenzar con el levantamiento de pesas, lo que la llevó a ganar el oro en la Copa del Mundo de Río. 

“Los desafíos han sido a diario, en tenis debía mantenerme en un ranking y no descender fue muy sacrificado. Ahora en pesas es parecido, mantener tus pesos y pasarlos es un sacrificio. Hay que ser disciplinada y querer hacerlo bien todos los días es un gran reto”.

“Creo que en cualquier ámbito de la vida para cumplir un sueño hay que ser constante, luchar en todo momento por conseguirlo. Nunca bajar los brazos y decir no puedo. Lo más importante es creer en ti y en tus capacidades. Siempre habrá algo o alguien que ayudará a llegar a tu sueño”, concluyó María Antonieta.

“La edad es el límite que se pone uno en la mente”

Gladys Bravo (67), quien hace 12 años se desempeñaba como secretaria ejecutiva, hoy tiene una vida totalmente distinta producto de su entrega, constancia y perseverancia. 

A sus 55 años quedó sin trabajo, sin embargo, decidió reinventarse. “A los 55 años difícilmente te dan trabajo porque te estigmatizan por la edad. Me empezó a gustar el gimnasio, así que tomé a mi primer personal trainer y con él empecé a trabajar en fitness, consiguiendo resultados después de un tiempo. Me propuso competir y creí que estaba loco, porque yo pensé que eso era para las chiquillas”, recordó Gladys Bravo.

Desde pequeña le gusta el deporte, jugó por muchos años basketball, pero todo eso era parte de sus pasatiempos, hoy en cambio, el deporte es su estilo de vida. Tomó un curso de personal trainer para trabajar de forma independiente, y al mismo tiempo, poder entrenar para participar en las competencias de fisicoculturista. 

“La cercanía que he logrado con las mujeres para mí ha sido lo más maravilloso, que ellas se motiven y crean que la edad no es un límite. La edad es el límite que se pone uno en la mente, entonces los obstáculos los ponemos nosotros, nadie más. Si tú crees en ti, tú puedes lograr muchas cosas. Es pasión, pero también requiere un esfuerzo y trabajo, pero la satisfacción que uno siente de superar esos obstáculos es impagable”, comentó Gladys. 

La fisicoculturista de 67 años, destacó que su trabajo en el mundo del fitness ha sido una inversión en salud a largo plazo. “Yo no tengo mayores dolencias, no tengo ningún problema en articulación”.

“También hubo gente al principio con prejuicios que me decía que cómo se me ocurría a esta edad incursionar en el fitness. Pero son prejuicios que hay que romper y eso te hace sentir empoderada. Además, que muchas te quieran seguir en eso es maravilloso. No quiero ser la única, quiero que sean muchas que quieran hacer lo que yo hago”, enfatizó Gladys.  

“Que se sientan bien, que se sientan sanos, que se sientan importantes”

La edad no es un límite para enfrentar desafíos, eso bien lo sabe Eliana Busch, nadadora de 85 años, quien ha conseguido la medalla de oro en reiteradas ocasiones, incluso en competencias internacionales. 

Tuvo una infancia en la cual el deporte fue inculcado desde sus 9 años, participando en campeonatos infantiles de natación. Fue un deporte que practicó por muchos años, pero que dejó cuando se casó, dando paso a la equitación. A pesar de eso, siguió nadando. “Nadaba como cualquier otra persona, me tiraba a la piscina para refrescarme. Igual participé en campeonatos sin entrenamiento y los gané, pero mi prioridad en esos momentos fue la equitación”, recuerda.

Luego de sufrir distintos accidentes mientras cabalgaba, su hijo le pidió que no anduviera más a caballo, porque a una edad avanzada la recuperación es más lenta y compleja. 

A los 80 años decidió nadar nuevamente. “Cuando dejé de andar a caballo, me empezaron a llamar y a pedir que por qué no nadaba cuando existían estos campeonatos máster o seniors que eran de la Federación Internacional de Natación, del Comité Olímpico Nacional, y que me podía ir bien, así que ahí empecé de nuevo”, comentó Eliana. 

Para su regreso comenzó en un campeonato de Chile de natación máster que se realizó en Valparaíso en la piscina del IND, donde ganó 3 pruebas, batiendo algunos récord de Chile, lo cual la motivó para seguir haciendo deporte.

Reconoce que hay un gran esfuerzo detrás de sus victorias, entrena todos los días excepto el día domingo. “Yo me estoy entrenando sola, me encantaría tener un entrenador, pero hay poca experiencia sobre las personas que entrenan de la tercera o cuarta edad”.

Por último, comentó que el deporte hace que se sientan bien, que se sientan sanos e importantes. 



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