El cuidado personal contra los rayos ultravioleta es fundamental todos los días del año, sin importar si hay o no sol. El uso de protectores solares es esencial para disminuir los efectos perjudiciales de los radicales libres y radiaciones solares. El mayor riesgo de una constante exposición a los filtros solares es el cáncer de piel.
Nuestro Director Médico, Dr. Martín Rampone, comentó que: “los Rayos UVA y UVB forman parte del espectro electromagnético que constituye la luz. Los Rayos UVA son más penetrantes, llegan a la dermis y son los que producen envejecimiento solar.”
“Los Rayos UVB, en cambio, son menos penetrantes. Quedan más superficiales afectando a la epidermis y son los responsables de la aparición del cáncer de piel y las quemaduras solares. Se encuentran entre los 290 a 320 nm. del espectro.”
Tal como mencionamos anteriormente, la protección contra los rayos solares y evitar la exposición prolongada frente a la radiación se hace necesario por el efecto nocivo que pueden tener.
Sí, la eficacia del fotoprotector solar puede aumentar si lo acompañamos de:
1. Exfoliación
La capa córnea de la piel acumula células muertas durante el invierno, lo que ocurre en todas las zonas que van cubiertas.
El exceso de células en la capa córnea se traduce por la falta de luz y se debe a que la piel tiene a nivel microscópico irregularidades de textura que impiden que la piel refleje la luz, por eso tiene un aspecto “apagado”.
Por lo tanto, el primer paso es la exfoliación que no debe exceder una vez por semana.
2. Hidratación
Para que la piel luzca lozana durante el verano, también es muy importante la hidratación en profundidad, por lo tanto, se debe aplicar crema de alto poder hidratante a nivel corporal.
Los productos tópicos deben aportar la capacidad de evaporación espontánea, es decir limitando su desecación. La turgencia de la piel es muy importante para su luminosidad, y se consigue super-hidratándola.
Durante el propio verano, es necesario continuar con el ritual de hidratación, aunque lo mejor es aplicarse crema hidratante al menos dos veces al día según cada tipo de piel.
Se recomienda además, complementar con técnicas revitalizantes como la Mesoterapia Facial, que estimula la formación de nuevo colágeno y aumenta los niveles de hidratación perdidos durante el verano. Un procedimiento sencillo muy poco invasivo que puede ayudar a devolver de manera potente la hidratación profunda de la piel.
3. Protección Solar
Además de emplear correctamente el fotoprotector conviene tomar algunas precauciones, tales como:
Sí, la piel del escote, cuero cabelludo, cara, mamas y hombros es más delicada, y se debe emplear filtros solares mayores, como también repetir con mayor regularidad la aplicación del mismo. En general la re-aplicación es cada 2 a 3 horas y cada vez que salimos de darnos un baño, ya sea en piscina o en el mar.
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